por Santiago Alonso
Mi realidad personal es la siguiente: en mi casa ya no hay más espacio para libros o mangas. 30 años de coleccionismo no son – obviamente – gratis. Desde revistas Patoruzú que me regaló mi viejo hasta mangas adquiridos con descuento en La Revistería y la Feria del Libro componen un amplio abanico de cosas que ya no entran donde vivimos con mi mujer, Florencia.
Con ella siempre tenemos un ritual, ir cada tanto al que consideramos por localía el mejor shopping del mundo: el Plaza Oeste ubicado en Morón. Allí es nuestra costumbre la de, antes de ir a comer, hacer una parada en Yenny. El recorrido siempre es el mismo, comenzamos por ver los nuevos mangas, luego revisamos los costos de los vinilos y cds y luego nos acercamos a las áreas de literatura, salud, política e infantiles.
Antes de irnos hacemos una segunda pasada por el sector mangas que tiene desde Banana Fish, pasando por ediciones Kanzenban de Ranma 1/2, Kenshin, Yu Yu Hakusho y las continuaciones tanto oficiales como paralelas de Dragon Ball. Siempre los reviso y ante la tentativa de llevarme uno pienso nuevamente en la necesidad de espacio. Lo dejo, saludamos al personal que siempre es amable y avanzamos hacia el patio de comidas.

La líbido por querer leer titulos nuevos y antiguos no cesa y ante eso hice un experimento: empezar a descargar materiales que no se consiguien (sabido es que internet ofrece una amplia gama de cosas que no están disponibles en nuestras tierras) y otras que si pero que por espacio me son imposibles. Cabe entonces la pregunta: ¿Quién tiene la casa lo suficientemente grande como para albergar la colección completa de Jojo´s Bizarre Adventure cuya primera aventura data de mediados de los 80?
Pienso en lo admirable de aquel que compra casi de forma religiosa cada tomo de la interminable One Piece, la cual no parece tener un final en puerta. Anhelo leer el manga completo de Detective Conan pero me tomaría toda una vida ya que son por lo menos 100 tomos. Quiero encontrarme con el comic de Bt´X, la obra del creador de Los Caballeros del Zodíaco cuyo ánime se emitió por Magic Kids entre 1999 y 2003.

La primera página a color de Detective Conan (1994)
Tengo una tablet que me prestaron mis padres, linda, de marca, pero que ya no funciona con la misma velocidad que antes. Planeo devolverla pero no sin antes aprovecharla para seguir leyendo Dragon Ball Super. No. No es lo mismo, largo la colección.
Empiezo a bajar Saint Seiya para leer en la notebook. La realidad es que siempre fui un defensor de los trazos de Masami Kurumada. En una época el omnipresente Leandro Oberto expresó en un correo de lectores de Lazer que si bien estaba en las intenciones de Ivrea editar las aventuras de Seiya y compañía, temía la obvia comparación con el recordado animé con el estilo original, bastante distinto uno y otro, y que el público «largase la colección a la mierda»; según sus palabras textuales.
Disfruté mucho el primer tomo, el cual tiene ciertas diferencias con la serie animada que muchos vimos inicialmente por el ATC dirigido por Gerardo Sofovich. Está claro que no es lo mismo y que existen estudios que indican que la letra flotante en una tablet, celular o notebook no se fija tan intensamente como el papel, sería mucho peor no acceder a ninguno de los títulos que además por temas presupuestarios no podríamos comprar.
Este no es del todo un discurso en favor de la descarga ilegal y la piratería. Ivrea, OvniPress, Panini y tantas otras no son nuestras enemigas. Muy por el contrario. Tienen precios justos por los títulos que negocian y sin ellos no habría chance de tener en las manos un ejemplar de lujo de Naruto o Capitan Tsubasa.

El problema es el espacio. El problema es la extensión y nada más. Dejo a continuación un link externo que dirige a Tomos Manga donde te podés descargar la colección completa en formato Kanzenban. Disfruten. ¿Pesan? Si. Como 7 gigas, pero más dificultoso es comprarlos y apilarlos todos en un mostrador. Son en total 22 tomos. Para mí, no hay estantería flotante que se los banque.
También les dejo el programa para leer estos contenidos, que en su mayoría tienen un formato .CBR, se llama GonVisor y permite ampliar, pasar de página cómodamente y ajustar a pantalla sin perder definición.
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